Club de Bilderberg: Desmontando el mito



Muchas cosas se han escrito sobre los miembros de dicho grupo, que si se trata de un gobierno en la sombra, o que son un grupo de presión que manejan los hilos del mundo, que si se relacionan con otras ordenes secretas, que colocan a unos gobiernos y quitan a otros. Después de una investigación imparcial y de apartar la mucha paja que se ha vertido sobre el tema, de leer algunos libros interesantes y artículos libres de conspiranoides compulsivos, he llegado a una conclusión más o menos clara que expongo de manera reducida:

Primero, no son tan misteriosos sus intereses, es más, como indican en su página web, son un foro para debates informales, diseñado para fomentar el diálogo entre Europa y EEUU. No prohíben hablar de lo que se trata en su reuniones, ni aplicar o explicar en sus respectivos países lo que allí se dice, tan solo quieren que no se revelen la identidad de los oradores o ponentes. No se toman decisiones, ni se imponen o proponen resoluciones para que los gobiernos las apliquen. Y solo buscan que se hable sobre soluciones para los problemas del mundo, con el fin de que el sistema occidental de vida siga funcionando. 
No veo que tengan el poder de quitar o poner gobiernos, ni siquiera aciertan en sus predicciones políticas, económicas o sociales. No pronosticaron la crisis del 2008-2015, ni siquiera alertaron sobre la guerra contra el terrorismo internacional, que ha durado más de 16 años.

Eso si, son una representación de gente con mucho dinero, proveniente de la antigua aristocracia europea y con intereses económicos en distintos estados, a los cuales les interesa que el mundo siga un camino de libre mercado, de estabilidad política, social, de libertad, no porque amen a la humanidad, o sean buenas personas, sino porque quieren que sus negocios progresen y se tomen decisiones a favor de sus intereses claramente financieros.


Sus presidentes y miembros estables han sido dueños de multinacionales del petroleo, de la banca, del sector del automóvil, de las comunicaciones, de Internet, de los seguros, de las farmacéuticas y otras importantes multinacionales. (El actual presidente, Henrie de Castries es el presidente de seguros AXA).

Y este selecto club nacío por la preocupación de un consejero político, amigo de algunos importantes empresarios, que deseaba que EEUU y Europa se llevaran bien, en contraste con el avance del temido comunismo y para que se estableciera de manera constante el sistema de libre capital. La primera reunión fue financiada por Rockefeller y tuvo lugar en el hotel Bilderberg de Bélgica, de allí surgió el nombre del club, al que por otro lado no se invita siempre a las mismas personas, la idea es juntar entre 120 a 150 personas importantes de todo el mundo. Hay un grupo de dirección que tan solo se encarga de organizar la reunión y decidir a los invitados, con un presidente y un pequeño comité de dirección.

Por tanto, no veo misterios en sus propuestas, solo un egoísta interés de "aconsejar" o "convencer" a los estados para que tomen medidas que beneficien al sistema capitalista de cosas y promueven la alternancia política bipartidista, para que aún pareciendo democracias elegidas por el pueblo, todos los gobiernos tengan una linea parecida, en pro siempre de estabilidad financiera y del libre mercado.

En ocasiones se tratan temas preocupantes como los conflictos de la globalización, las guerras, la inmigración y otros temas de candente actualidad, pero apenas se preocupan por la fuente de estos problemas, la pobreza y la injusta distribución de la riqueza, pues eso va contra sus propios intereses, ellos desean que se mantenga controlada esa desigualdad para mantener su posición de dominio ficticio.

No parece que les preocupe tanto la contaminación, ni el medio ambiente, esos temas apenas los tocan en sus reuniones, salvo que afecten a sus intereses. Por ejemplo en el año 2007 hablaron del cambio climático, pero siempre preocupándose porque sea un tema para el cual los gobiernos tomen medidas universales, o como sugirieron en el 2009, cuando tocaron el tema de la conferencia de Kyoto, donde aconsejaron a los estados aplicar el sistema de venta y compra de emisiones, el llamado "comercio de emisiones de Co2". Esto último es un sistema mediante el cual, las grandes corporaciones de los países más industrializados compran "bonos verdes" a países menos desarrollados. En otras palabras, y para poner un ejemplo, un país Europeo, como Reino Unido, que tiene empresas que contaminan más de lo estipulado como mínimo, como compensación por ese exceso, paga o subvenciona proyectos de desarrollo de energías renovables en países en desarrollo como Brasil, para la construcción de industrias de biocombustibles, paneles solares o sistemas de energía eólica en esos países. Recibendo como compensación la posibilidad de continuar emitiendo la misma cantidad de Co2. Se han creado sociedades de control de emisiones en los países implicados que se encargan de vigilar este tema, pero resultan ser empresas privadas.

En los últimos años han surgido un nutrido número de empresas dedicadas al intercambio o venta de bonos de Co2 que ganan ingentes cantidades de dinero en el intercambio. ¿Cómo? Siendo intermediarios contratados para que actúen de controladores de emisiones, que se encargan recoger el dinero que las grandes empresas emisoras de contaminantes pagan por contaminar más y tras descontar sus comisiones, entregar lo menos posible de este dinero para las subvenciones a terceros, de esa manera, ganan los emisores de co2, los intermediarios y en menor medida los países pobres que reciben las ayudas, y luego los estamentos locales reparten en porcentaje bajo a las subvenciones a las empresas de energía renovable, repartiendo el restante de manera fraudulenta. De esa manera el dinero de la contaminación también crea riquezas. Estas son algunas de las ideas que surgen en estas reuniones de esos selectos clubs, como el de Bilderberg.  
  
El club de Bilderberg no busca dominar el mundo, pero si intenta que este se mantenga globalizado, por eso siempre favorecerá a que se establezcan estamentos únicos que moderen los cambios y decisiones a medida de sus propios intereses, sin tocar sus beneficios o rentas o si es posible que surja, como en el caso del cambio climático, nuevas vías de ganar dinero. Cualquier cosa a fin de que renten los intereses económicos y sin que se vea perjudicado el progreso tecnológico, es decir que no se anteponga la economía sostenible a los intereses empresariales de las grandes corporaciones.

Los verdaderos archivos secretos del club de Bilderberg, son los que guardan en sus arcas, en sus bancos, sus grandes riquezas, esas que desean mantener y hacer crecer a toda costa, no ponen límites a eso. Su mayor temor es que las cosas cambien y venga un gobierno que les quite lo que tienen y distribuya la riqueza del planeta de manera justa y equitativa, entonces es cuando su poder se desvanecería. 



Por tanto, realmente estamos ante un grupo de aristócratas ricachones que solo se quieren a sí mismos y poco les interesa la gente en general. Les gustaría dominar el mundo, por supuesto que sí, pero como no pueden, intentan persuadir a los gobiernos, invitando a políticos influyentes de distintos países a sus reuniones para “orientarlos” y “ayudarles “ a tomar deciones sabias, en otras palabras, ganarselos para su causa.

En definitiva, son parte del engranaje de un sistema corrupto y egoísta que ha llevado a la tercera parte del mundo a ser convertido en un gran mercado en el que todo se vende y se compra, a otra parte a ser convertido en una fábrica, y sus ciudadanos convenientemente convertidos en trabajadores casi esclavos y otra tercera parte en un vertedero donde lanzar lo que se desperdicia o no sirve. Solo los mueve el beneficio económico, olvidándose de que la vida que realmenete lo es, nada tiene que ver con esos intereses.




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