Gaia, el país de las mujeres

Extracto del libro

Orígen



Gaia, abogada de oficio, una vez acabada la última guerra, se prometió a si misma acabar con todo aquello, y hacer algo que evitara que cada cierto tiempo sufrieran por culpa de las ansias de guerra de sus hombres. Fue esa repulsión hacia la injusta situación de la mujer, la que casi la lleva al odio hacia el sexo masculino. Por eso formó un partido feminista al que llamó P.F.A., compuesto solo por mujeres y para las mujeres. Se hizo muy generalizado el hartazgo de un importante sector femenino del país, era lógico por otro lado, estaban cansadas de siempre tener que sufrir hambrunas, violaciones y después privaciones y duro trabajo de reconstrucción. 

         Pronto, la popularidad y el carácter antibelicista de las propuestas de Gaia, llamaron la atención de la población, no solo de mujeres sino de muchos hombres. Dentro de su planteamiento y programa, el partido dirigido por Gaia, incluía un sistema político que buscaba erradicar la violencia intrínseca de sus habitantes masculinos. El partido de Gaia prometía un estado más justo y pacifico, en el que el poder y la violencia de los hombres en los habitantes de Estridón, fuera controlada para evitar las catástrofes en las que su nación se había visto envuelta durante siglos. El gobierno hasta ese momento lo ostentaba Andrai Poltier, nombrado por las potencias aliadas como presidente interino, mientras se organizaban y celebraran elecciones libres. En los siguientes meses se fueron formando partidos dominados en su mayoría por hombres, aunque ahora habían tenido que recurrir a muchas mujeres para ocupar todos los puestos. En cambio, el partido de Gaia, estaba íntegramente compuesto por mujeres, y no daba cabida a estos. 

         Las naciones que en ese momento ocupaban Estridón, veían con buenos ojos el que una mujer pacifista dirigiera el país que tantas veces les había llevado a la guerra, así que se prometieron en consenso a liberar inmediatamente la nación si se efectuaban elecciones y ganaba Gaia. Los demás partidos no tuvieron armas argumentales para evitar su derrota frente a la popular Gaia. De esa manera partidos que siempre habían alternado el poder, estaban ahora desacreditados y rebajados de autoridad, no podían más que aceptar la propuesta, aunque en el fondo no esperaban que aquel partido de un puñado de mujeres pudiera llegar al poder sin su ayuda.


         Sin embargo puesto que la mayoría de la población de Estridón eran mujeres, el partido de Gaia llegó al gobierno con mayoría absoluta. Andrai entregó el poder a Gaía y poco se podía imaginar que sería la última vez que iba a entrar en el parlamento, se le ofreció un retiro pacifico en la costa, donde moriría años después en un centro de reclusión de hombres. 

Las autoridades temporales de las naciones vecinas, en poco tiempo al observar las buenas intenciones de las feministas, fueron paulatinamente cumpliendo su cometido y dejando las cosas en poder de Gaia y las suyas. Al principio parecían favorecer la igualdad de hombres y mujeres, cosa que los anteriores gobiernos nunca habían logrado. Así, en pro de favorecer la paz, se eliminaron varios ministerios, como el de la guerra, que ahora se convertiría en el de la pacificación. Los cargos militares fueron desposeídos de sus puestos y se limitó a un ejército simbólico, con el propósito de organizar la reconstrucción del territorio y se nombró mujeres en los puestos de mando. Se pidió a los hombres que para pagar el daño que habían hecho a la nación debían dedicar el siguiente año a reconstruir las ciudades de forma altruista, mientras las mujeres se dedicarían a las labores de recuperar el tejido industrial, económico y comercial de un paupérrimo estado de cosas. Para ello se votó un plebiscito que como era de esperar, al ser mayoría las mujeres fue aprobado por mayoría absoluta. De esa manera los hombres se pusieron manos a la obra, se sentían útiles, pues iban reconstruyendo las ciudades, las carreteras y las infraestructuras y a cambio, se daba premios y menciones especiales a aquellos que más lograran en esa labor. 

         En lo que respecta a la economía, se centró más en la producción agrícola que en extracción mineral, y la fabricación de armas, prácticamente fue abandonada, pues todo aquello les recordaba tiempos más oscuros que siempre llevaban a la guerra. Se promulgó leyes para favorecer el que mineras, pudieran pasar a tener sus propias granjas, se formaron cooperativas en las que se procuraba beneficiar a las familias que se mudaran al campo, la explotación lanar y textil se convirtió en uno de los motores de la economía. Por otro lado, se favoreció la producción manual de artesanía, las artes y la literatura. 

         Pero tan solo unos años se pasó de favorecer la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, a que las mujeres en sentido laboral fueran teniendo más protagonismo frente a los hombres. Se fomentó la idea de que quienes habían traído la muerte y el sufrimiento a la nación habían sido ellos y por eso, los hombres debían trabajar solamente en labores en pro de esa reconstrucción. Convenció al parlamento de imponer leyes temporales en los que la educación iba a pasar solo a manos de mujeres maestras, para reeducar a la población en un camino más pacífico. Más tarde en pro del pacifismo y para reeducar a la población masculina, se prohibieron deportes violentos, tales como boxeo, lucha, mas tarde los deportes de competición como el futbol y otros. Hasta se prohibió la entrada a los gimnasios a los hombres a fin de debilitar físicamente a estos con el objetivo de pacificarlos. 

         A los violentos se les encarcelaba en centros reeducativos y se les administraban químicos que les debilitaban, a los violadores directamente se les castraba y al salir de prisión solo podían mendigar o efectuar trabajos de los más bajos y humillantes, como limpiar las calles y las letrinas públicas. 

         A partir del segundo mandato de Gaia, que de nuevo ganó con una mas aplastante victoria, se sacó a los hombres de los puestos importantes dentro de la política, labor a la que desde entonces solo se permitió el acceso a las mujeres. El siguiente paso fue destituir todos los puestos dirigidos por hombres en las empresas, los dueños de estas podían dejar a sus esposas a cambio de mantener el patrimonio familiar. Se apartó a jueces, abogados, incluso médicos hombres para que ejercieran solo mujeres, ellos si acaso tan solo podían aspirar a ser enfermeros a las órdenes de las mujeres médicos. Con el tiempo se privó a los hombres del derecho a la universidad, aduciendo que en esos años primaba el trabajo de reconstruir. Se les aseguró que tal vez con el tiempo, podrían volver a ganarse esos derechos, era la promesa con la que se contentaba a una población masculina, que poco a poco se resignaba a su nueva situación, sabedores que en parte era para pagar la culpa de los años de guerra y violencia a la que había sometido a la tierra.

         En tan solo ocho años, el país había cambiado por completo, la población volvía a aumentar, la economía prosperaba, pese a las secuelas de la posguerra. En las siguientes elecciones se estableció una ley que obligaba a que en las listas de los partidos políticos solo aparecieran hombres a partir del puesto cincuenta. Y aún había muchas más mujeres que hombres, pues pocos habitantes de las otras islas se sentían cómodos al pasar a una nación donde estaban siendo relegados a una sumisión poco común, no así muchas mujeres que veían a Estridon como el paraíso soñado. De esa manera volvió a ganar por mayoría aún más abultada el PFA, de Gaia, y esta vez además solamente dos de los 150 parlamentarios electos eran hombres, lo cual significó otra vuelta de tuerca para lo que se avecinaba. 


         En sus últimos años, la líder absoluta del país, Gaia Gomerlian, había tomado una posición más radical en sus posturas feministas, llegando a rechazar la propuesta de algunas parlamentarias moderadas que pedían que los hombres pudieran al menos acceder a las universidades y se permitiera más representantes masculinos en el parlamento. Algunos hombres empezaron a levantarse en pro de sus derechos perdidos, pero solo consiguieron más represión aún, pues se prohibieron las reuniones donde hubiera más de tres hombres juntos, salvo que hubiese mayoría de mujeres. En algunos círculos había cierta preocupación por el camino que parecía tomar un estado feminista, que no tenía en cuenta a la mitad de la población. Pero para las comerciantes y las economistas, banqueras y demás mujeres que ostentaban cargos públicos, aplaudían los progresos en pro de la mujer que Gaia ofrecía.


El parlamento,  tras la muerte de Gomerlian, aprobó por unanimidad cambiar el nombre de Estridón por el de “República feminista de Gaia”. La nueva nación que ahora había renacido, sería el ejemplo de convivencia que el mundo necesitaba. Gaia se consideraba como una buena madre que educa, cuida, disciplina y protege a sus ciudadanos.

         En las escuelas se empezó a enseñar la superioridad de las mujeres, por su carácter más dialogante y bondadoso, por tanto como garantes de la paz, eran las únicas que podían guiar a la nación y después al mundo hacia una convivencia pacífica en la que el dialogo y la persuasión fueran el medio para conseguir objetivos y no la lucha y la acción violenta. Más tarde en las nuevas elecciones que ganaron también las feministas, estas al sentirse ampliamente apoyadas, prohibieron ciertos partidos políticos más tradicionales por ser considerados machistas. En pocos años se había conseguido doblegar el poder de los hombres. Ya no hubo ningún hombre en el parlamento, ningún hombre ostentaba puestos directivos en ningún ayuntamiento, empresa y además, estaban fuera de la educación. 

         Con el tiempo se prohibieron los partidos políticos dirigidos o fundados por hombres y más tarde se suprimieron los derechos de voto del hombre. Todo porque según se explicó este no había demostrado la capacidad para dirigir el destino de los estados adecuadamente, lo cual incapacitaba para dirigir un gobierno, su único deber sería el de estar al servicio de sus mujeres y darles hijos a estas. 

         Al principio, cuando los hombres cumplían su obligado trabajo gratuito en pro de la reconstrucción, se les permitió trabajar, pero del sueldo que ganaban, la mitad se destinaba al estado para la reconstrucción de carreteras, sistemas eléctricos, comunicaciones y otros bienes comunes.    
 
         Hasta entre los periodistas y los medios de comunicación, los hombres fueron relegados de sus puestos y sustituidos por mujeres que filtraban y censuraban series y películas de temática machista o que no predicaran la superioridad mental de las mujeres. Se produjeron películas nacionales en las que se educaba en el sentido feminista y se mostraba siempre la superioridad de la mujer frente a la torpeza del hombre al que se ridiculizaba. A menudo los medios de comunicación favorecían y animaban a los hombres a admirar a las mujeres por el beneficio que el gobierno feminista de Gaia estaba logrando. Tanto en el plano económico, como en el de las relaciones con las demás naciones, más pacíficas y tolerantes. Servei, esposo de la nueva primer ministra Aleya, a menudo era entrevistado como ejemplo del nuevo hombre de Gaia, uno que veía sin rencor, ni envidia la nueva posición de las mujeres en el estado, a menudo repetía la frase: los hombres debemos dar paso a las mujeres para que nos enseñen a ser buenos hombres y entonces estaremos preparados para volver a las instituciones.  La población poco a poco se fue convenciendo de eso, sobre todo al ver que incluso gobiernos de otros países elogiaran la actitud de hombres y mujeres de la nueva Gaia. 

         Por otro lado, el estado favoreció la inserción del hombre en el ámbito domestico, al principio pagando una pequeña ayuda a todo aquel hombre que se dedicara plenamente al cuidado de la casa y de los hijos y dejara la vida laboral fuera de casa a la mujer. De tal manera que muchos hombres en vista de que se veían incapacitados para asumir responsabilidades y el sueldo de ellos en cualquier otro empleo era infinitamente menor, por causa del pago del impuesto de la guerra, aceptaron aquellas condiciones y se sometieron a vivir de sus esposas, llevando a cabo toda clase de trabajo en la casa. Ellos eran quienes limpiaban, hacían la compra, cuidaban los niños y hacían la comida. Ellas por otro lado tomaron el trabajo fuera de casa como una responsabilidad mas, esto les dio independencia y pronto se sintieron dominadoras en casa, pues podían administrar los recursos de forma directa.  

         Pero las idealistas más extremistas del partido feminista continuaron en sus ideas de someter aún más al hombre, puesto que en cualquier momento podría haber rebelión, o incluso puesto que todavía se consideraba un país democrático, quizás algunos  elementos pensantes dentro de la población masculina en aumento lograran atraer el interés de algunas políticas y reclamaran derechos. Por otro lado, la fuerza física natural continuaba siendo mayor en ellos y aún se daban muchos casos de violencia en el hogar y rebeldía por la posición de forzosa sumisión del hombre. Así, desde el ministerio de sanidad, surgieron leyes que iban en pro de disminuir la fuerza física del hombre. Se estimuló el uso de medicamentos, pero estos tenían muchos efectos secundarios, tales como la impotencia que afectaban a las relaciones y el disfrute de sus mujeres.         

         Entonces algunas pensadoras y consejeras del partido, idearon un sistema innovador y que traería consecuencias a largo plazo, para la debilitación física del hombre. Se estipuló que desde pequeños, se diera una alimentación segregativa, es decir una para niños y otra para niñas...

Este relato completo está integrado en el libro "La quimera de los anhelos
        

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