Un hermano mayor que tu madre




Algunas veces en nuestra vida nos encontramos con duras verdades desveladas, en ocasiones a destiempo. Quizás porque se trate de asuntos a los que hemos dado la espalda para no enfrentarnos a nuestro pasado, o sencillamente huyendo de realidades ocultas que preferimos ignorar para vivir en paz con nosotros mismos. 

Una de estas situaciones se presenta cuando descubrimos nuestros verdaderos orígenes. Algunas personas a sabiendas que sus padres no lo son, quizás por obvias diferencias fisicas o porque ellos jamás les han ocultado que fueron adoptados,  sencillamente rechazan investigar sobre sus verdaderos progenitores, tal vez temiendo que con ese interés puedan hacer algún daño a los que considera su verdaderos padres o sencillamente por temor a encontrarse con unos progenitores de los que avergonzarse.

Es verdad que no podemos ni debemos avergonzarnos de nuestros padres biológicos, por muy mala vida que lleven. Nosotros no tenemos la culpa, ni somos resposables de sus vidas, simplemente llegamos en un momento inesperado o las circunstancias les obligaran a abandonarnos o entregarnos a otros padres. Pero la realidad es que nadie desea enterarse que su padre biológico era un alcoholico, o un violador o que su madre era una toxicómana que se prostituía para pagar sus dosis. Si bien hay muchos más casos en los que a pesar de todas esas circunstancias, ese innato deseo de encontrar nuestras raíces nos lleva de todas maneras hasta escarbar en lo más recóndito del mundo a fin buscar a nuestros padres y demostrar ese amor del que se nos privó y darles la última oportunidad de que ellos lo muestren.

El caso que nos trae es el de un hombre que a sus cuarenta y seis años descubre en las redes sociales por casualidades de la vida que tiene un hermano al otro lado del mundo. Eso, que en principio puede ser de lo más normal, siendo que en la vida de una persona se cruzan otras vidas y hechos de los que después se arrepienten, y casi todo el mundo guarda secretos de vidas pasadas. Sin embargo, en este caso, aquel hallazgo escondía paradojas surealistas dificiles de asimilar. Así, cuando apenas empieza a digerir que su madre, que si bien no le ocultó que su padre era otro, si le negó una información fundamental a su hijo: ¡Que tenía un hermano! Entonces, otra información le deja en estado de shock. Nuevos descubrimientos le llevan a conocer que este este hermano que lo es solo de padre, ¡Era treinta años mayor que él!

Si duro puede llegar a ser, enterarse que su padre biológico ya esté muerto, más duro es descubrir que su hermano haya muerto a los 76 años, sin haberlo conocido o sin recordarle. Eso le lleva a la triste conclusión de que su madre hizo vida con un viejo cuyo primer hijo había nacido un par de años antes que ella. ¡Triste noticia para este hombre saber que tenía un hermano mayor que su madre y que si su padre viviera tendría más de cien años!

La sorpresas cuando vienen seguidas, a veces pueden superarse a si mismas. En este caso el protagonista de esta historia se entera que aquel hombre era un influyente militar que gobernó su país con mano dura, cuando el, siendo niño había salido de allí con su familia buscando una mejor vida en Europa. Convirtiendose este, en un personaje clave en la sangrienta guerra civil que aquel país sufrió durante más de cuatro años.
Un misterioso libro va a poner al descubierto en la vida de aquel hombre, más sorpresas que le enseñarán un incierto pasado familiar.




E.S.









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