El Elixir (Nuevo)






La experiencias más provechosas de la vida, son casi siempre las peores.

(Thorton Wilder)









PRÓLOGO




El siguiente relato trata sobre la experiencia de un importante abogado con toda una carrera por delante, que al llegar a los fatidicos cuarenta años, decide cambiar de aires y hace un largo viaje a tierras tibetanas, en busca de la juventud perdida y para demostrarse a si mismo que todavía mantiene joven el espiritu aventurero.
Alli se encuentra con un anciano chino que le entrega una misteriosa cajita que contiene una extraña mezcla a la que llama el “elixir del retorno”. El elixir cambiará por completo su vida, lo hará viajar un retroceso al pasado con consecuencias inesperadas. El personaje vive una especie de viaje en el tiempo lleno de situaciones complejas y escabrosas que le enseñarán una lección.


L.E.R







Primeras paginas :


Llegar a los cuarenta significó para mi todo un trauma, yo que siempre me he considerado joven y con espíritu aventurero, nunca pensé que llegaría a verme con esta edad, y no porque no tenga las mismas ganas de vivir que cuando tenía veinte, tampoco es que me vea con menos fuerzas y salud que a los treinta. Simplemente es el hecho de lo que se le viene a uno encima a partir de ahora : El verdadero adiós a la juventud, un declive progresivo, el envejecimiento psicológico y la consciencia del paso del tiempo, algo irremediable y cada vez mas notable a partir de entonces en todos los aspectos.
Es también el uso del peyorativo nombre que se nos atribuye a las personas llegadas a esa edad: “Cuarentón” o “cuarentona”. Porque ese pequeño cambio de sufijo o terminación de algún modo te marca. Por ejemplo a los de veinte les llaman veintiañeros, después llegados a los treinta te llaman treintañero. ¿Porqué entonces no cuarentañero?
Además es duro, que a partir de cumplir esa fatídica edad, eso se torna en la razón de cualesquier mal que a uno le venga, aunque sea algo común con lo que siempre hemos vivido. Si te duele la espalda, te dicen ¡Uy los cuarenta! Si pierdes tu empleo, ¡Vaya y con esa edad en paro, que difícil lo tiene! Si a uno a los treinta, se le ha blanqueado el pelo, no pasa nada, “envejecimiento prematuro”, o “un elegante toque de madurez”, así se le llama a eso. Pero aunque hayas llegado con tu pelo radiante y negro a los cuarenta, ahora tu esposa e hijos empezarán a contarte todas las canas que tienes o te van saliendo por muy dispersas que estén y cuando se topan con alguna, te recuerdan: Te estás haciendo viejo.
En realidad, puede haber solo días de diferencia entre alguien de trentaytantos y uno de cuarenta, pero parece que desde el punto de vista exterior, tienes diez años mas que cualquier treintañero, aunque sea de trentaynueve. Se puede decir y de hecho en mas de alguna ocasión lo he oído en los noticieros, un joven de treinta años, o lo que es el colmo, como escuché el otro día : muere un joven de trentainueve años en un accidente de trafico. ¡Cómo que joven de trentainueve! Es un hombre hecho y derecho , tal como uno de cuarenta, se le llama joven solo por ser soltero. Pero a los cuarenta, aunque sea virgen, se es un hombre maduro. Si una chica de veinte se casa con alguien de treintaytantos, (aunque sea 39), entra dentro de lo posible, pero si lo hace con alguien de cuarenta, se dice que es porque busca su dinero, o el es un viejo aprovechado o un casi un pederasta.
Yo antes de los 40 nunca me fijaba en el calendario, cuando lo he tenído, pues por lo general he prescindido de ellos. En muchas ocasiones ni siquiera sabía el día en el que vivía, hubo una época en la que para mi solamente existían los fines de semana y todos los demás días eran lunes. Durante el tiempo de abogacía no he tenido mas remedio que dirigirme por el tiempo, pero siempre eran otros quienes han dirigido mi agenda y me llevan el control del tiempo. Así, para mi el calendario era ese gran desconocido, sin embargo por circunstancias de la vida ahora no hago mas que consultarlo, puedo afirmar que mi vida si ha cambiado llegado a esta edad.
En realidad el haber vivido la experiencia de saber doblemente lo que se siente, me hace entender la importancia de saber llevar las cosas lo mejor posible para no arrepentirte de nada llegado a esta mal llamada mediana edad. Si porque ahora después de todo lo vivido, tengo que tener en cuenta que la vida es una construcción hecha a base de pequeños sucesos que van dirigiendo nuestro camino y preformando nuestro futuro, cualquier mínima manipulación o intervención en esos sucesos pueden desembocar en un cambio absoluto. Yo tuve que aprender esa lección a base de revivir momentos clave de mis cuarenta años en tan solo cuarenta días. Dejen que les cuente lo que me sucedió :
Corría el año 2006, yo era un importante abogado que al pasar esa barrera inevitable de la mal llamada mediana edad, y sufrir la bien llamada crisis de los cuarenta, decidí hacer un viaje de aventura. Como necesitaba demostrarme a mi mismo que no estaba caducado, que tenía toda una vida por delante y un mundo por conocer, por ello me aventuré a viajar solo. Si, quería viajar sin ninguna carga, y no es que considere a mi familia como tal, los quiero a todos y los valoro como lo mas grande de mi vida, pero me apetecía realizar lo que no pude hacer en los años de libertad y escasez económica en mi juventud, que además los pasé estudiando atrapado entre libros de leyes y casos judiciales.
Así pues no se trataba de hacer el típico viaje de paquete turístico con la familia, en la que te llevan de un sitio a otro con el clásico guía aburrido contando las historias y anécdotas de cada monumento que te encuentres, eso ya hemos hecho todos los últimos años. Y no es porque tenga algo contra esos viajes, ni porque egoístamente quiera prescindir de mi familia para ahorrarme unos euros, nada de eso, sencillamente quería demostrarme a mi mismo que todavía tenía espíritu aventurero y no estaba caducado. Además estaba dispuesto a descubrir por mi mismo una tierra que hacía años deseaba conocer.
Puede que me acusen de ser el típico que quiere hacer en unos días lo que no ha hecho en cuatro décadas, pero en realidad nunca tuve la oportunidad que en ese momento se me presentaba....


Este libro forma parte de una obra más completa: Relatos Trascen-Mentales. Si desea obtener el libro completo en papel o en formato todos los formatos electronicos, compatible con los principales lectores e-books pinche aquí

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