Guam, esa islita de la micronesia que apenas es
visible en los mapas, más pequeña que la ciudad de Madrid, por lo general, el archipiélago
al que pertenece, (Las Marianas), se observa como unos pequeños puntitos que tienen
que ser ampliados en un cuadro aparte para poder apreciarse bien.
Un paraíso de relieve abrupto, pero cuya montaña más alta apenas alcanza los 400 metros, eso si, la isla se
sumerge en la famosa fosa de las marianas, donde se encuentra el punto más profundo
de la tierra, el lugar donde el mar alcanza la fosa más honda a 10,911 metros de profundidad.
Esta es la zona que actualmente parece estar en el punto más caliente de la
actualidad, pues existen serias amenazas por parte de Corea del Norte de enviar
misiles nucleares hasta allí.
Pero, ¿por qué Guam? ¿Qué han hecho sus
habitantes para convertirse en el centro de una posible guerra suicida? Nada,
simplemente pertenecer a una de las potencias dominantes, EEUU, que mantiene
bases militares en aquel paraíso del pacífico. Y que un fanático gobernante pretenda
demostrar no se qué, frente a un enemigo que lo aplastará nada más detonar la
primera bomba. Pero como tantas cosas ilógicas suceden en el mundo, como cuando
Japón atacó Pearl Harbour, o Alemania invadió media Europa, pensando sus locos
dirigentes que vencerían de manera fácil y se apoderarían del mundo. Y como
sucede que otro loco domina la mayor potencia mundial, y no hace más que
incitar al coreano, cualquier cosa es posible. Lamentablemente, la historia de
Guam está plagada de masacres, a pesar de que ellos jamás han atacado,
invadido, ni amenazado a nadie.
Un poco de historia
En 1521 el navegante hispano-portugués Fernando de
Magallanes, en uno de sus últimos viajes atracó cerca de una pequeña islita de
un archipiélago compuesto por más de veinte, a medio camino entre Filipinas y
Japón. Se dice que las encontraron habitadas, y sus pobladores, que tenían su
particular sistema comercial, no se extrañaron de su presencia y pensaron que
se trataba de visitantes, que provenientes de tierras lejanas venían en busca
de comerciar con algo interesante. Así, los sorprendidos españoles lo primero
que vieron fue acercarse una multitud de canoas con velas que navegaban a gran
velocidad y luego a un buen número de indígenas, subiendo a bordo con
sorprendente destreza, cargados con agua y comida en abundancia. Los españoles,
descolocados y hambrientos, tomaron algo de fruta, pero no dieron nada a
cambio, y algunos de los isleños entonces decidieron apropiarse de lo primero
que veían y saltar al mar, entendiendo esto como intercambio.
Magallanes apodó al archipiélago como “la Isla de
los ladrones”, pues al parecer en uno de esos primeros encuentros, uno de los
indígenas, llamados chamorros, tomó una pequeña barcaza, supuestamente como
cobro por las ofrendas, lo cual enfureció a los españoles. Estos desembarcaron
en la isla cargados con trabucos y dispararon indiscriminadamente contra los
chamorros, que al oír los disparos huyeron despavoridos. Los españoles entonces
quemaron la aldea y ejecutaron a siete nativos que capturaron, y recuperaron la
pequeña barcaza. A pesar de eso, los
pacíficos chamorros volvieron de nuevo a ofrecerles alimentos y objetos del
lugar. Los españoles, por fin comprendieron que las ofrendas eran en realidad
ventas, así en un segundo encuentro les pagaron con piezas de hierro.
Pero las intenciones de Magallanes, no eran
comerciar de igual a igual con los chamorros, sino anexionar las islas a la
corona española, que para ese tiempo estaba en manos de Carlos I. Y durante
siglos aquellas islas, con Guam a la cabeza llevaron el desafortunado nombre de
islas de los ladrones, aunque oficialmente se les denominó Islas marianas. Y la
isla principal se llamó Guaján, utilizando la pronunciación de los lugareños en
su idioma original el chamorro.
Guaján perteneció a la corona española hasta 1898,
cuando tras la guerra de Cuba y la consiguiente derrota española contra EEUU,
estos últimos se apropiaron de la isla principal, las demás islas del
archipiélago fueron vendidas a Alemania, en un absurdo e ilógico intercambio de
territorios y colonias. De esa manera Guaján, ahora norteamericana pasó a llamarse
Guam, por la imposibilidad de sus nuevos dueños de pronunciar correctamente su
nombre. Después, en 1942 durante la segunda guerra mundial, el ejército de Japón bombardeó las bases norteamericanas por sorpresa, cuatro horas después de Pearl Harbour, mientras EEUU apenas pudo reaccionar, se llevaron cautivos a las guarniciones. Despues invadieron la isla sin que sus habitantes pusieran resistencia, subyugaron a los indígenas de forma cruel, la zona se convirtió en un gigantesco campo de concentración para la población que sufrió torturas, violaciones y aseseinatos masivos, durante casi tres años. Después fue bombardeada de forma masiva
por los EEUU para expulsar a los japoneses, muriendo miles de personas. Aún se guardan imágenes de la
masacre sufrida por la población durante la liberación del yugo japonés. La
isla quedó arrasada y aún en los años cincuenta permaneció como un cementerio de restos
de material bélico oxidado y bombas sin detonar.
EEUU recuperó las bases militares activas en la isla, y durante la guerra fría fue considerado como un punto estratégico imprescindible, la URSS mantuvo por años misiles nucleares preparados para destruír la isla y EEUU mantenía en constante alerta a sus tropas, montando decenas de bases activas y reclutando regularmente indígenas como parte de su contingencia. A pesar de sus servicios, los habitantes de Guam no tienen los mismos derechos que cualquier norteamericano medio. Ni siquiera tiene el estatuto de estado adherido, no tiene derecho a voto, por tanto el presidente elegido en el país que los domina no ha sido votado por ellos.
EEUU recuperó las bases militares activas en la isla, y durante la guerra fría fue considerado como un punto estratégico imprescindible, la URSS mantuvo por años misiles nucleares preparados para destruír la isla y EEUU mantenía en constante alerta a sus tropas, montando decenas de bases activas y reclutando regularmente indígenas como parte de su contingencia. A pesar de sus servicios, los habitantes de Guam no tienen los mismos derechos que cualquier norteamericano medio. Ni siquiera tiene el estatuto de estado adherido, no tiene derecho a voto, por tanto el presidente elegido en el país que los domina no ha sido votado por ellos.
Futuro incierto
La isla de Guam es también víctima regular del
azote de tifones, que recuerdan a sus habitantes lo caro que es vivir en el paraíso.
Pero nada que ver con las nuevas amenazas de Corea del norte de atacar las
bases estadounidenses en Guam. En el caso de que Kim Jong-Un cumpla sus
amenazas, la situación para los habitantes dependerá de cuántas bombas alcancen
su territorio, pues las bases están integradas en las ciudades y por tanto
difícilmente tendrían escapatoria.
Sus gobernadores y alcaldes tratan de tranquilizar a la
población, asegurándoles que están seguros, pero hasta las bolsas mundiales se
han echado a temblar, viendo que el peligro de una nueva escalada militar se
cierne sobre el extremo oriente. Hasta China ha mostrado preocupación por la
situación, animando a sus ciudadanos a que abandonen Corea. Por supuesto
que China y las bolsas tan solo están interesadas por el efecto económico que
supondría tal enfrentamiento. En realidad el mundo comercial en general teme lo
peor, pues China y el extremo oriente hoy día se han convertido en el centro
del comercio y la fabricación mundial, paralizada esa zona, paralizado el mundo
y es lo que está conteniendo el enfrentamiento. Todos se preocupan, pero nadie lo hace por los
165,000 habitantes de la pequeña isla, estos son el mal menor. Así está el
mundo, no importa la gente, importa el dinero.
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