El negocio de la contaminación y la subida de la luz


Hay algo que no encaja en el aumento constante del recibo de la luz. Se dice que el incremento del recibo de la luz está relacionado con la subida de las energías más contaminantes, y que la razón estriba en que estas fuentes de energía están siendo castigadas con incrementos de coste del producto y de los costes por permisos de emisión, una especie de impuestos por contaminar. Y esto puede estar detrás del incremento de hasta un 59% en el recibo de la luz en estos últimos años en España y que seguirá en aumento, al igual que lo está haciendo en otros países europeos. 

Este sería el desglose de la subida de los costes del recibo de la luz, según indican ellas: 

    • Un 20% de la subida se debe al mayor coste de los permisos de emisión de Co2
    • Un 50% del alza es consecuencia del encarecimiento del gas en el mercado
    • Un 30% se debe a la mayor base imponible de impuestos y el traspaso a minoristas. 

Pero esto no es del todo cierto, veamos:

Resulta interesante ver la evolución de las fuentes de energía en España. Por ejemplo, en el año 2015 solo un 37.1% de la producción energética en el país correspondía a la fuente de energías renovables, y la mayor parte, el 62,9% provenía de la combustión de fósiles. (gas, carbón y petroleo). Pero según muestran los estudios y estadísticas sobre recursos energéticos, las fuentes renovables se han ido incrementando en los siguientes años, llegando al 44% en el 2020 y en el 2021 han alcanzado el 51% de la producción eléctrica generada por renovables. Es decir, en la actualidad más de la mitad de energía proviene de fuentes renovables, más económicas, que no requieren un gran coste en mantenimiento y cero gastos en producción.  Algo parecido sucede en Europa, donde se han propuesto como meta alcanzar el 75% de energías renovables para el 2030.



Resulta contradictorio que nos pidan que utilicemos la lavadora de noche, cuando la energía solar, que es la que más ha incrementado su participación en el aumento de las renovables sea más aprovechable de día. 

Las eléctricas se están ahorrando un 13% de producción que antes provenía de combustibles fósiles. El gas tampoco debe ser la causa de la subida de la luz, pues resulta que el precio del gas llevaba congelado desde 2018 y solo hasta este año es que ha subido un 6%. Y en cuanto a los impuestos estatales, es verdad que han subido algo, pero también es cierto que en algunos países europeos, como España, se bajó el IVA del recibo de la luz de un 21% a un 10%, esa bajada se debería notar en el recibo, pero apenas es perceptible. Algunas con tal de evitar el uso de combustibles fósiles para la producción de energía, incluso han seguido utilizando las centrales hidráulicas en verano, aun a riesgo de dejar vaciados varios pantanos de la península. 



Es normal preguntarse: Si las compañías eléctricas están invirtiendo más en renovables y ahora mismo el principal aporte proviene de allí ¿Por qué la subida? ¿Es que le están cobrando a los clientes la inversión de los paneles solares o de los molinos eoilicos? Según parece no, además no sería justo, pues están recibiendo subvenciones cuantiosas de los gobiernos para que implementen e instalen más granjas solares y eólicas y mejoren el rendimiento de las centrales hidroeléctricas. 

Las cuotas de emisión de Co2

La clave parece que está en las cuotas por emisión. Al parecer, desde Kyoto se llegó a un acurdo de que toda compañía productora de electricidad, industria o fábrica que genere Co2 debe pagar una cuota por contaminación. El arreglo parecía bueno, pues animaría a todas las empresas a emprender inversiones en energías renovables, se estipulaba una emisión máxima tolerable y que cualquier excedente debía pagar cuota por tonelada extra de Co2. 

¿Quién cobraría ese impuesto? ¿Y para qué se utilizaría? Lo lógico sería que lo cobraran los gobiernos y que el dinero se utilizara para campañas a favor de la lucha contra el cambio climático, o para ayudar a países pobres a fin de que puedan implementar energías renovables en sus territorios, pero no es así. En su lugar han surgido empresas consultoras especializadas, que se han convertido en gigantes del comercio de créditos de carbono, he encontrado algunas “CeroCo2” "Green Summun" y otras que cuesta encontrarlas en google, pero que se están enriqueciendo a costa de la contaminación y de alguna manera aunque supuestamente son consultoras en asuntos ecológicos, asesoran y promueven la aplicación de las energías renovables, de manera indirecta colaboran a que otros puedan seguir contaminando. 




Es notable la subida del precio de los llamados bonos de emisión. En el año 2018 se pagaba por emisión excedente de Co2 a la atmósfera 5,60 € por tonelada de Co2 emitido. Pero resulta que en este año 2021 se ha incrementado hasta los 56€ por tonelada.  ¡Mas de un 500%! ¿A qué se debe esa subida tan desorbitada?  Es kid de la cuestión está en ese oscuro y especulativo negocio de la compra y venta de bonos de carbono. Como ya se dijo antes, no se trata de un impuesto que los estados recolectan, si no de un sistema en el que la empresas  de comercio de créditos o bonos de carbono, supuestamente en pro de la ecología intervienen en la compra y venta de derechos de emisión. 

Los empresas intermediarias y comercializadoras de bonos de carbono van a las industrias y productoras de electricidad, miden lo que están emitiendo de Co2 y les piden lo que cuesta en esos momentos la tonelada excedida de Co2. ¿Cómo se fija la subida? 

Pero en muchos casos se hace por pura especulación, pues la realidad es que financieros, bancos o inversionistas pueden comprar los derechos de emisión de Co2. La bolsa de CO2 es el lugar más fácil y seguro para comprar derechos de emisión, pero como todo lo que pasa por la bolsa sube y baja artificialmente de forma especulativa, estos bonos también lo hacen.  

Por otro lado, es un negocio lucrativo y que no para de subir, pues siempre hay demanda de industriales que pagan por los derechos de otros. Es decir, un industrial que no puede emitir más de 100 toneladas de Co2 al año, pero que necesita hacerlo, a fin de ampliar su producción, requiere de otros a los que estén por debajo de esa emisión para obtener los bonos que le faltan.  
Bien, pues el que necesita le pide a otro, que tal vez ha instalado más sistemas eolicos o fotovoltaicos para funcionar y por tanto está emitiendo por debajo de lo exigido, este vende sus derechos de emisión que no utiliza.  

Esto, claro está se hace a través de estas mismas empresas intermediarias. Así que estas negocian con las compañías,les ofrecen una cantidad por sus bonos sobrantes y le dicen a los otros cuanto deben pagar por sus emisiones extra. El intermediario, además se lleva una comisión. Pero claro, los gobiernos están bajando cada vez más el nivel máximo de emisiones, obligadas por los estamentos ecológicos internacionales, aconsejadas por las mismas empresas intermediarias y esto hace que cada vez más industrias necesiten comprar derechos de emisión, entre ellas las compañías eléctricas, pues siempre exceden la emisión máxima, aún bajando su dependencia de estas fuentes de energía. En definitiva, las compañías eléctricas compran permisos para contaminar, que al aumentar la demanda, suben de precio, los intermediarios abusan de estas circunstancias e incrementan más los precios, hasta niveles que sobrepasan la usura. 

En definitiva, que estamos pagando más luz por culpa de los especuladores. Espero que sirva para aclarar un poco las cosas, aunque indigne leerlo. Eso pasa por querer solucionarlo todo con el dinero, a todo le ponemos precio y todo lo vendemos y compramos, incluso el derecho a contaminar. 







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